Reflexion de la Semana

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domingo, 28 de noviembre de 2010

Segunda Oportunidad


Queridos hermanos, El Señor me inspira a escribirles hoy sobre segundas oportunidades en nuestra vida, cuando hablamos de una segunda oportunidad, es porque ya tuvimos una, y no la valoramos, tan sencillo como haber sido tan ciegos ante una bendición que Dios nos regalos, y no le dimos el valor que era necesario, porque pensamos erróneamente que nos acompañaría toda la vida ese regalo, pero realmente, muchas veces, no es así, nosotros los humanos tendemos a dar por sentado, que nuestra vida actual, llena de bendiciones se va a mantener así, y empezamos a descuidar lo que Dios un día nos entrego, no somos diligentes en preservar lo bonito de nuestra vida, porque siempre estamos pensando en lo que nos falta, y somos incapaces de ver el escenario completo, solo vemos una parte y siempre la que nos falta o lo que no nos gusta de la vida que tenemos, ofendemos a nuestro Padre con un sin fin de quejas, porque sentimos que lo merecemos todo, siendo incorrecta esta forma de pensar, ya que muchas veces, nosotros los hijos de Dios, seguimos viviendo en desobediencia y esto trae consecuencias a nuestras vidas. La palabra de Dios es la guía de cómo debemos vivir aquí, y muchas veces la pasamos por alto, queremos vivir a nuestra manera y no a la forma que Dios estableció, por esta razón es que empezamos a perder, en este punto debemos reflexionar, que hemos perdido y cuanto anhelamos esa segunda oportunidad. Hoy escribo estas líneas inspirada por el Espíritu Santo, para decirles que Dios es un Dios de oportunidades y que te dará la segunda oportunidad que esperas, esta vez quiere que seas más diligente, que no pierdas bendiciones para darte cuenta lo feliz que eras, no quiere que sigas en ese círculo vicioso. El Señor te dice: Cuida cada bendición que me ha placido darte porque eres mi hijo (a), no sigas buscando lo que ya tienes, no desesperes porque las cosas van mal, reconoce tus errores ante mí, Yo soy lento para la ira y Grande en Misericordia. Te daré esa segunda oportunidad que anhelas en tu corazón, esta vez con mi ayuda, cuidaras diligentemente lo que te entregue un día y no le diste importancia, a veces para crecer es necesario perder, pero que sea solo la excepción no la regla. Para finalizar, todos conocemos la historia de cómo Pedro negó a Jesús, y luego de haberlo negado Pedro lloro amargamente por lo que había hecho (Lucas 22 62), pero lo grandioso de esta historia es la segunda oportunidad que El Señor le regalo y que Pedro aprovechó al máximo.
Bendiciones.
Alicia Mora